Verán, soy un hombre joven que vive en una zona rural del norte de México y por estos lugares tenemos un dicho que dice:
"Cuando el tecolote canta el indio muere, esto no será cierto pero sucede".
Se presta a la interpretación de que sin importar si crees o no en lo paranormal eres igual de propenso a tener algún tipo de experiencia que te haga creer en eso ya que como el dicho lo menciona: no será cierto pero sucede.
La casa en la que crecí, de repente hay manifestaciones sobrenaturales que me han convencido a mi y a mis padres de que esas cosas pueden suceder y quisiera narrar un par de ellas y si el hilo es de su agrado puedo continuar con muchas otras más:
En una ocasión salí a comprar una cajetilla de cigarros, avisé a mis padres que saldría por unos momentos y luego regresaría. No era muy tarde, si más no recuerdo eran como las 9 o 10 de la noche. Recuerdo que mis padres habían comentado que si quería cenar los alcanzara en casa de mis abuelos la cual quedaba muy cerca de donde vivimos pero que si me apuraba nos podíamos ir los tres juntos. Eso fue lo que hice, fui por mis cigarros a la tienda y al volver toque la puerta para que me abrieran, a lo que me respondió la voz de mi padre que me gritó: YA VOY!!!
Me quede esperando pero nadie me abrió la puerta, volví a tocar fuerte la puerta y me volvió a gritar mi padre con la misma respuesta. Después tome mi telefono y marque a mi padre el cual me dijo que cuando sali a la tienda ellos salieron hacia la casa de mis abuelos casi al instante. Comencé a sudar frío y mejor me fuí a la casa de mis abuelos donde estaban mis padres cenando y que llevaban rato esperandome.
En otra ocasión el espectro se manifestó en frente de mi madre, un tío y yo. En esa ocasión estabamos almorzando, eran las 12 del mediodía y vimos en la ventana a alguien que se asomaba y nos observaba. Era una persona alta como de 1.90 que iba vestida con una túnica blanca con remates dorados y una corona de color verde, su rostro era horrendo, estaba hinchado y era de color carne con una sonrisa chimuela y con enormes lóbulos que le cubrían los ojos, daba una apariencia como si fuera una persona que había sido golpeada hasta quedar desfigurada. Mi tío, quien siempre ha sido una persona muy valiente, se levantó y salió de la casa para ver quien era esa persona que estaba asomandose por nuestra ventana pero nos quedamos muy atónitos cuando a nuestros ojos ese ser comenzó a desaparecer.
Anécdotas como esa ocurren
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