Por 1968, Ernest Becker escribiría el libro
La estructura del mal. Básicamente, se resumía a que el ser humano realiza el mal por la sensación de desigualdad; mientras que considere que alguien tiene un privilegio que él no tenga, habrá una semilla del mal, la cual hará que se presenten dos situaciones
>sentirá la necesidad de igualar su condiciónYa sea comprando o buscando equivaler su condición social y/o económica.
>buscará arrebatarle al tercero su supuesto privilegioEl hecho que su prójimo tenga algo que él no, le hará sentir una falta, la cual al ver que no es capaz de suplir, le valdrá como justificante de robo, difamación e inclusive, homicidio.
"El ser humano siempre querrá estar hasta lo más alto". Antivalores como la ambición y la avaricia, motivan al hombre a justificar el fin sin importar los medios.
Una vez definidas estas premisas, puede observarse en la realidad; grupos señalando supuestos privilegios, para luego justificar vandalismo. Seres humanos comprando objetos que no necesitan realmente, más que para cubrir un estatus.
Lo mismo pasa con la venganza; Michel Tomasello en 2016 escribiría en "A Natural History of Human Morality" el concepto de brecha moral; la necesidad de hacer algo al respecto cuando sientes que tu integridad fue vulnerada.
Pongamos un ejemplo sencillo. Llegas a tu casa, tu hermana riega jugo en el sofá. Tu madre llega y ella te echa la culpa. Como resultado, te quedas castigado una semana.
Sientes la necesidad de hacer algo el respecto, de perjudicarla. Eso se le llama brecha moral.
El problema de la brecha moral es que muchas veces queda a interpretación. Y si eres una persona que se ofende con cosas que ni siquiera le incumben (si, esto es una referencia a la generación de cristal), eso significará una enorme frustración.
Frustración que creerás que se irá cuando la persona "sea castigada". Pero la situación es que la emoción no reside en la persona, sino en tu cabeza. Y si la otra persona lo hizo sin intención de perjudicarte pero lo "interpretaste así", peor aún.
Verás una ofensa donde no la hay, y como no amerita castigo alguno, se vaciará en frustración. Y como resultado, tenemos un montón de frustrados que se pelean con el código penal, buscando castigar gente sin que éstos no hayan hecho nada ilegal, sólo porque "piensan que su acción es ofensiva".
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