Hace varios años fui a Japón de vacaciones durante dos semanas, me propuse a satisfacer mi necesidad de experimentar otras culturas (no el anime, eso es mierda).
Al llegar allí, me dirigí a la habitación que había rentado, deje mis cosas y Salí a turistear, mi primero destino fue Akihabara, por mas de que sea una meca de enfermos otakus, también es un tesoro en lo que se refiere a videojuegos retro.
Me metí a un edificio de unas nueve plantas, estaba repleto de entretenimiento el cual goce inmensamente.
En la quinta planta había árcades, tanto antiguos como actuales, camine unos minutos observando todo, cuando encontré uno que me trago nostalgia, el arcade de Metal Slug, estaba vació, por lo que me dispuse a jugar unas partidas y entretenerme un rato.
A unos cinco metros, había uno de esos jueguitos de mierda que consisten en ver la pantalla e imitar los pasos como el buen imbécil que eres si juegas eso alguna ves en tu vida.
Y en el, un grupo de tres japonesitos observaban con una sonrisa como un cuarto bailaba una canción que no conozco, pero que deduje, era de algún anime, al terminar, ellos comenzaron a hablar entre si, y se percataron de mi presencia jugando metal slug.
Fue entonces cuando ocurrió.
—Ooh miren un extranjero—
—Miren lo que lleva puesto, parece un indigente como las que salen en las peliculas—
Claro, lo dijeron en japonés, idioma el cual se hablar fluidamente.
Los pobres japonesitos creen que los extranjeros no comprendemos su idioma, grave error, el peor de sus vidas.
Y los llamo japonesitos, por que no llegarían a los veinte años, les sacaba dos cabezas de altura, tenían cuerpos delgaditos y fofos además de el clásico corte de tasa que tiene el 99% de asiáticos.
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