>>1523Es un tanto deprimente el hecho de que se requiera bibliografía para suplir la carencia de un conjunto de competencias que, en lo personal, concebía como en gran medida "naturales" al ser humano. En mi caso, haber leído obras de tal naturaleza no me ayudó demasiado (es más, empeoró mi overthinking), e impregnó mis (pocas) interacciones de una artificialidad que me asqueaba profundamente.
Actualmente considero que buscar amigos esmeradamente es un tanto antinatural, y que la manera más reconfortante de concebir la cuestión es pensar a la amistad (o al amor) como una especie de byproduct de la "realización" de uno mismo como individuo, la cual permite una inserción más natural en la sociedad.
Soy, por supuesto, asquerosamente autorreferencial, pero mi experiencia fue que, cuando dejé de preocuparme por "hacer amigos e influir a las personas", enfocándome en su lugar en lo que me interesaba y satisfacía, se me dieron más oportunidades de socializar orgánicamente. No hice una cantidad bestial de amistades, más la cantidad es algo más bien suuperfluo: durante dicho periodo tuve el privilegio de contar con amigos magníficos que innegablemente enriquecieron muchísimo mi existencia.