>>3279Basado. Anglicista que veo, anglicista que meo. Sin embargo, el ciberespacio no es lo mismo que internet. Aunque, reconozco que es complicado encontrar un término equivalente en español, como en el caso de «software», donde podemos usar «programa informático», o en el caso de «e-mail», «correo electrónico», y sanseacabó. El término internet proviene de «inter-network». Si se hubiera creado en español, podría haberse llamado «interred», combinando «inter» (entre) y «red», para reflejar la idea de una red de redes interconectadas a escala mundial.
https://es.wiktionary.org/wiki/interred>>3180Su versión de la lengua cervantina, como sugiere el artículo, está repleta de anglicismos que tienen equivalentes exactos en español. Si hay un lugar que ha defendido el español, ha sido, lógicamente, el Reino de España, aunque desconozco la situación actual.
>en España, desde los años 1940, con la llegada del franquismo, se produjo un proceso de nacionalismo deportivo que intentó sustituir los términos extranjeros por palabras nacionales. Así, se crearon términos como saque de esquina y se castellanizaron fútbol, chute, y gol, etc.Aquí, al fuera de juego, por ejemplo, le decimos «offside». Y mejor no daré más ejemplos, porque resulta lamentable notar el nivel de colonización británica sobre un país hispano.
De hecho, según lo que he visto en internet, los españoles suelen castellanizar palabras en inglés. Por ejemplo, en lugar de decir «waifai» (Wi-Fi), dicen «guifi».
>#RAEconsultas En español, el anglicismo fonéticamente adaptado «wifi» se pronuncia [uífi] o [guífi]. Así se emplea ya en el español europeo; en el español americano prevalece su uso como anglicismo crudo, con la pronunciación inglesa originaria.>>3201Es interesante observar como en Paraguay el guaraní se ha transmitido de generación en generación durante más de 500 años, y hoy cerca del 90% de la población puede hablarlo. En otros países de Hispanoamérica, como Bolivia y Perú, lenguas indígenas como el quechua y el aymara también son habladas, pero la situación es diferente. En estos países, muchos hablantes del aymara, por ejemplo, aún residen en comunidades indígenas y algunos ni siquiera dominan el español. En cambio, un paraguayo que reside en plena Ciudad de Nuestra Señora de la Asunción puede conversarte en guaraní sin problema alguno, además de hablar español, por supuesto. Dudo que un limeño pueda siquiera nombrarte más de tres palabras en aymara.
Los paraguayos son tan astutos que, de hecho, hablan guaraní en otros países, porque saben que solo se entienden entre ellos.