>>3964Leí cuentos de Gabriel, pero me cuesta seguirles el ritmo. Me aburren muchísimo. Da la impresión de que son experimentaciones literarias reunidas después gente afín a él para reunir shekels, eso tendría sentido después de leer sus artículos periodísticos (de tendencia izquierda, aviso).
Cien años de soledad se sale del tiesto porque no se parece a lo que mencioné, no señor. No es un ensayo ni nada parecido. Gabriel mantuvo en su memoria el relato de una familia con historias laterales cuyos atisbos se notan en La hojarrasca, El Coronel no tienen quien le escriba, La historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada…entre otros. El resultado de esos borradores, libros publicados y anécdotas de su infancia tomaron forma en esta vasta novela.
El hombre te presenta por inicio a un tipo frente a un pelotón y se retrotrae al nacimiento de una aldea y te viaja acontecimientos de dicha gente buscando donde asentarse para incorporar a su historia la alquimia, hombres que venden chucherías como si fueran milagros, actos de presagios, guerreros sin gloria hechos un cascote duro por la guerra que desangra el país, gente que practica la gula, el incesto con o sin conciencia, mujeres obsesivas, predicciones de barajas, modificaciones de clima, trenes llevando gringos tiranos, ametralladoras abatiendo obreros, putas importadas de lejos, gente fusilada, macheteada, indignada, resignada y todo con un estilo que nunca se detiene demasiado en descripciones, sino que sigue con vigor sin que se note la falta de aire en ningún momento. Impresionante.
Lo único malo Cien años… es el seguimiento de los Arcadios y Aurelianos. Mejor tomar un árbol de parentesco de internet para seguirles la pista a los personajes.
El realismo mágico es un meme IMO pero el Boom latinoamericano de los sesenta resulta una buena excusa para navegar entre autores y quien sabe, rescatar alguno que te guste.