>>330>Acaso como animales no nos movemos por incentivos? ¿Acaso no tenemos nuestros sesgos biológicos? Cito al mismísimo Rothbard al respecto: La psicología y la ética se encargan de los fines humanos [..] La praxeología y la economía analizan cualquier fin dado y las implicaciones formales del hecho que los hombres tienen fines y emplean medios para alcanzarlos. La praxeología y la economía son por lo tanto disciplinas separadas y distintas de las otras. Así, toda las explicaciones de la ley de la utilidad marginal basadas en motivos psicológicos o FISIOLÓGICOS son erróneas.
El hombre económico, y su acción, no tiene que ver con el propósito del consumo, porque el finalismo de éste tiene las misma consecuencia, consumo urgente del medio de consumo (recurso).
Los liberales se contradicen tanto que llenaría una biblia de todas las falacias, contradicciones y axiomas que existen en una teoría sin calculo como ésta. Sin embargo, dado que el egoísmo del hombre o su altruismo no tienen que ver con su consumo final, no tiene importancia para éste cuál sea su propósito, el sesgo biológico que tenga es contingente sobre su actividad económica, por lo tanto incluso siendo un animal egoísta o altruista o ambos, su consumo en la práxis es lo único objetivo. Con esto se intenta negar el materialismo del hombre, puesto que como ser racional evidentemente sí tendemos a un fin fisiológico en nuestras decisiones, si leyeses a Marx te darías cuenta que en realidad nunca lo niega, sin embargo, no hay un determinismo implícito, sino materia viva en movimiento, no una serie programado en nuestra matrix cual máquina, sino que aprendemos a sobrevivir según las necesidad de nuestro entorno.
Dado que la visión de Marx es respaldada por la ciencia moderna, especialmente la física, lógica matemática y la biología, los austriacos intestaron dotar a la razón del hombre de un carácter no materialista, es decir, no biológico, pues de ir por esa vía determinista, enfrentarían a la biología que destruiría su tesis con simplemente señalar el hecho que ni siquiera somos un individuo, sino, un grupo de muchos, un cúmulo de tejidos y células independientes que pueden equivocarse y mutar mal (cáncer) o destruirse así mismas (alergias) sin que la razón interceda, por lo tanto con cubrir las necesidades materiales, bastaría para proveer al hombre de felicidad (comunismo) somos un producto del medio ambiente de la evolución y la materia, es decir, materialismo dialéctico. Y por otro lado a la psicología, que explica como el subconsciente, a veces toma decisiones que nunca escogimos, nos engaña nuestra propia mente y la sociedad crea estructuras que enajenan la conciencia, que dirigen las acciones, que el consumo se puede manipular, que el libremercado o la libre competencia son corrompibles porque el consciente del hombre lo es, y por tanto utópicos. De ahí que se intente separar de forma cutre ambas ramas de la economía.