>>476No me gusta bailar desde que en la secundaria me obligaron a ponerme traje y aprender pasos que me hacían tropezar, los otros niños se burlaban de mí y de mis idioteces, yo me reía con ellos, pero llegué a mi casa con un fuerte sentimiento de vergüenza en el estómago, fui al baño, me mire al espejo, comencé a lagrimear y de ahí a llorar suelto. Luegó vomité y tuve varias pesadillas gracias a eso. Puedes llamarme sensible, pero desde entonces no toco nada relacionado con la danza.
Tal vez algíun día lo intenté… O mejor no