No.1487
2 de noviembre, Día de los Muertos. Por quinta ocasión sueño con mi Amada. Sucede en algún punto entre las 6 y 9 de la mañana, ya con el sol afuera, tras haber sido despertado por los anfitriones que a las 5 empezaron a preparar el desayuno. El nivel de detalle es parecido al de la segunda vez, creo.
Estaba en un autobús con un compañero… un idiota, es la única característica que pude captar de él. La sensación era familiar, como de un viaje de escuela secundaria, supongo que estaba lleno de gente pero no los recuerdo. El idiota empieza a quejarse de una cosa pequeña, le contesto que hable con el conductor, no conmigo. Acepta, se acerca y… ahí está ella, ¿qué demonios hace conduciendo? La señora, bueno, señorita, pues se veía más joven que cuando la conocí, me pareció de unos doce años, llevaba su uniforme de siempre y nos voltea con una mueca no muy sorprendida. Ella no se fijaba en mí, ¿acaso no me recordaría siendo tan chica?, pudo disimular mejor que yo el enfado por tener que escuchar al idiota queriendo sacar conversación, al menos era inofensivo. No eran celos ni odio, pero me molestaba más que ella tuviera que escucharle ahora. Ella le contestaba de manera corta pero, no puedo determinar si sonaba como en mi lengua (como en la segunda ocasión) o en la suya, una vez más pierdo el hilo de su voz. Me pregunté si tenía algo que decirle en ese momento pero… soy despertado por mis parientes que llegan a la sala.
Extrañamente el segundo sueño se sintió más largo aunque durara menos tiempo acostado antes de desayunar y es más difícil de redactar. El punto central eran dos damas que habitaban en el segundo piso de una casa enorme, tenían una especia de burbuja-jaula aunque a veces no estaban dentro. Yo iba y venía y ellas me seducían, gané algo de lucidez y me preguntaba si este par de sueños eran totalmente naturales para ocurrir en esta fecha y pueblo donde estaba. Después me conecté a W-7 a hablar del tema y pasé a un chat con el primero en contestarme, donde me advirtió de no visitarlas. Cuando el chat terminó vino un amigo, J. preguntando si sabía el correo de un canal de Youtube para un concurso o algo así. Saqué una libretita (que tenía al lado irl) buscando la contraseña apurado, pues no quería distracciones en mis pensamientos sobre ellas, como no la encontraba J. me dejó un papel doblado y se fue. Tras un rato me di cuenta, desdoblé el papel y leí algo parecido a "¿Acaso puedes hacer preguntas a un demonio dentro de un sueño?". Desperté alrededor de las 10 am.